Este verano nos decidimos por un destino urbano, ni más ni menos que la enigmática capital del Reino Unido: Londres. Estuvimos 6 días, concretamente del 6 al 12 de agosto. Hay infinidad de lugares y monumentos que visitar con lo que en una semana es imposible verlo todo. La mejor forma de decidir cuales visitar es ver aquellos te atraigan más o tengas un interés especial en verlos.
Viernes, 6 de agosto
Salimos en avión a las 11:35 a.m desde Valencia a Londres. Volamos con la compañía Ryanair pues es la única que opera con vuelo directo de Valencia a Londres. Además el horario era muy bueno porque la salida era a mitad mañana (no madrugas), y llegábamos al mediodía, con lo que pudimos aprovechar la tarde ya en Londres.
Para trasladarte del aeropuerto (aterrizamos en el aeropuerto de Stansted, que está a unos 100 km) a la capital puedes elegir entre varias compañías de autobuses (easybus, national express, terravision) o un tren express (es el más rápido pero también el más caro). Nosotros por la localización del hotel no nos convenía el tren sino un autobús que parase en Baker Street (nosotros escogimos Easybus). El trayecto dura una hora y pico, dependiendo del tráfico que haya.
Para alojarnos, escogimos el hotel Melia White House, que se encuentra a diez minutos andando de Oxford Street, al lado de Regent’s Park. Está bastante bien ubicado; muy cerca tienes un Pizza Express bastante grande, un pub muy agradable en el cual se puede cenar (además tienen wifi gratis lo que era de agradecer ya que en el hotel era de pago), una tienda de las que están abiertas 24 horas, otra tienda tipo supermercado…
También está muy próximo de la estación de metro de Great Portland St. Aunque si prefieres coger un taxi, en la puerta del hotel siempre había alguno esperando. Nosotros al ser cinco, en la mayoría de ocasiones nos salía más económico coger un taxi (allí en los taxis caben hasta 5 personas, lo que es una gran ventaja para nosotros ya que nos evita tener que coger dos taxis), ya que el transporte en Londres es bastante caro. Y si no había ningún taxi en ese momento, se lo decíamos al botones de la puerta y él mismo nos lo llamaba.
Nuestra estancia en el hotel fue muy agradable. Al ser una cadena hotelera española, había muchos españoles alojados. Además en el mostrador del hall siempre había alguien que hablara español. En el hotel tienes la posibilidad sacar por anticipado las entradas para distintas atracciones, lo que resulta muy ventajoso ya que te ahorra hacer las interminables colas que se forman.
Una vez dejamos las maletas en el hotel, nos fuimos al London Eye. Como habíamos sacado la entrada previamente, tan solo tuvimos que hacer cola para canjear los tickets, que era mucho menor. Vale la pena subir a la noria pues tienes unas espléndidas vistas de la ciudad. Las cabinas son bastante grandes con lo que no tendrás sensación de agobio en ningún momento. La vuelta entera dura aproximadamente 30 minutos.
Antes de irnos, nos acercamos a ver la joya de la corona de Londres: el Big Ben. Una estampa inmejorable para terminar el día.
Sábado, 7 de agosto
Compramos los tickets para el Original Tour (bus turístico) en el hotel. Aunque hay varios tours en la capital, finalmente nos decantamos por éste ya que tenía la ventaja de tener una parada al lado del hotel. Los recorridos y los precios de todos son muy parecidos, así que cualquier otro hubiera estado igual de bien. De una forma cómoda nos llevó por todo el centro de Londres e hicimos un montón de fotos a los monumentos y lugares más destacados: Trafalgar Square, el National Gallery, La catedral de St. Paul, La Torre de Londres…
Hay tres rutas diferentes y el ticket tiene una validez de 24 horas, en las cuales puedes subir y bajar las veces que quieras del autobús. Como cualquier bus de este tipo, tienes disponible una audio guía en varios idiomas, entre ellos el español.
Bajamos en el Palacio de Buckingham. Teníamos intención de entrar y visitarlo por dentro (sólo se puede entrar en verano) pero al haber una cola de más de dos horas, decidimos no perder el tiempo esperando e ir a comer por la zona de Picadilly Circus. Después aprovechamos para pasear por las calles de los famosos barrios de Chinatown, el Soho…
Por la tarde estuvimos en el Museo Británico y luego a última hora fuimos a dar una vuelta por Oxford Street. Destacar que entramos en la famosa tienda de juguetes de Hamleys. Sin duda un lugar muy especial que hizo que quisiéramos volver a ser niños por un día.
Domingo, 8 de agosto
Como en mi casa hay mucha afición por el fútbol, con un mes de antelación compramos entradas para ver el partido de fútbol de la Community Shield entre Chelsea y Manchester United en el estadio de Wembley. A dicho partido fueron mi marido y mis dos hijos. Disfrutaron muchísimos ya que además del partido, previamente hicieron un espectáculo. Cabe destacar que aunque el evento concentró a más de 80.000 personas había bastante organización, tanto en la salida y entrada como en el servicio de transporte.
Mientras tanto mi hija y yo nos fuimos todo el día de tiendas (aunque al final lo que es comprar no compramos mucho). Aunque era domingo, todos los comercios abrían de 12 a 6 de la tarde. Nos recorrimos Oxford Street, Regent Street, Carnaby Street… etc. Acabamos rendidas pero pasamos un día muy divertido.
Lunes, 9 de agosto
Por la mañana fuimos al barrio de Chelsea y contratamos el tour de Stamford Bridge, estadio del equipo de fútbol del Chelsea F.C (uno de mis hijos es un gran aficionado del equipo con lo cual era una visita obligada). Nos gustó mucho ya que nos enseñaron el todo el estadio por dentro: los vestuarios, la sala de prensa, el museo y por último visitamos la tienda oficial. Comimos en un restaurante al lado del campo de fútbol.
Por la tarde fuimos al Museo de Historia Natural. A pesar de que había cola para entrar, no tuvimos que esperar mucho tiempo. El hall es impresionante presidido por el esqueleto de un dinosaurio. Nosotros tan solo visitamos la zona dedicada a los dinosaurios, aunque hay muchas más exposiciones que puedes ver.
A continuación fuimos al Museo de la Ciencia, que está bastante cerca, en el cual estuvimos un ratito viendo curiosidades. Cabe destacar que la entrada es gratuita por lo que vale la pena hacer una visita, aunque sea breve.
Finalmente fuimos a Harrods, donde compramos varios souvenirs. Cabe destacar la elegancia de estos grandes almacenes de fama mundial. Aunque no vayas a comprar nada, merece la pena dar una vuelta por dentro y ver su exquisita decoración.
Martes, 10 de agosto
Abandonamos la ciudad de Londres para ir a Cambridge. Cogimos un tren desde la famosa estación de King’s Cross. A 87 km de Londres, se encuentra esta preciosa ciudad universitaria de fama mundial. Al llegar a Cambridge, muy cerca de la estación del tren tiene parada el bus turístico City Sightseeing Cambridge, el cual cogimos y nos dio una vuelta por la ciudad. Visitamos el interior de King’s College, uno de los colegios más prestigiosos. Posee una espectacular capilla y unos preciosos patios.
Para ver más detalles de nuestro día en Cambridge, visita el artículo Un día en Cambridge.
Miércoles, 11 de agosto
Hoy tocaba visitar a la gran rival: Oxford. Cogimos otro tren, esta vez desde la estación de Paddington. El trayecto duró más o menos una hora. Al igual que en Cambridge, cerca de la estación tomamos el bus turístico City Sightseeing Oxford (que nos hicieron descuento por haber cogido el día anterior otro autobús de la compañía), con el cual recorrimos toda la ciudad. Visitamos el interior de Christ Church College, que tiene un estilo similar a King’s College. Pudimos visitar su gran comedor, en el cual se inspiraron para realizar el famoso comedor de Hogwarts de Harry Potter.
Para ver más detalles de nuestro día en Oxford, visita el artículo Un día en Oxford.
Jueves 12 de agosto
A primera hora visitamos el museo de cera Madame Tussauds. Nuevamente sacamos las entradas en el hotel para así ahorramos una cola. Aún así había bastante gente en nuestra cola, pero nada comparable con la cola que tienes que hacer si vas sin entradas. Fue muy divertido pues nos hicimos fotos con muchos personajes famosos (actores, políticos, cantantes…). Además tiene un túnel del terror donde personas de verdad te iban asustando mientras andabas a oscuras. ¡Muy terrorífico! También había un espacio dedicado a la historia de Londres y a los eventos más importantes que habían tenido lugar allí.
Al terminar volvimos al hotel a recoger las maletas y a primera hora de la tarde nos fuimos al aeropuerto para tomar el avión que nos traería de vuelta a Valencia.
Viajar a Londres es una apuesta segura. En ella todos encontraran algo que hacer o visitar que les guste – hay entretenimiento para todos los gustos y bolsillos.