Barcelona es una ciudad ideal para hacer una escapada: cultura, monumentos, gastronomía, playa, compras, entretenimiento… El verano de 2013 estuvimos dos días en Barcelona, aprovechando que esas vacaciones habíamos estado en Andorra y nos venía de paso de camino a Valencia.
Llegamos a mitad mañana, lo primero que hicimos fue dejar las maletas en el hotel, Hotel & Spa Villa Olimpic@ Suites. Es un hotel moderno que se encuentra cerca del la zona del puerto. Aunque el hotel en sí está muy bien, la ubicación no era la mejor ya que la zona en la que se encontraba era algo solitaria.
Una vez dejamos los trastos fuimos con el coche a visitar el parque Güell. Nos resultó bastante difícil llegar ya que las indicaciones para el parking no estaban claras y al final tuvimos que dejar el coche en un parking público que se encontraba a unas manzanas.
Al ser principios de Agosto, el parque estaba lleno de turistas con lo que hacerse la famosa foto en las escalinatas era algo complicado. Aún así, vale la pena entrar ya que tiene rincones con mucho encanto, por ello es considerada una de las obras más destacadas del arquitecto Gaudi.
Aparte de las coloridas esculturas y mosaicos, lo que más me gustó fueron las impresionantes vistas que tienes de Barcelona desde arriba.
Por la tarde estuvimos por el centro de Barcelona. Primero nos dirigimos al barrio Gótico donde visitamos la Catedral por fuera y anduvimos por sus calles pasando por el Ayuntamiento, Las Ramblas…
Después volvimos al Paseo de Gracia, una de las principales calles comerciales de Barcelona. Sin duda, un paraíso para los amantes de las compras. Además en esta calle se encuentran el edificio de la Pedrera y la Casa Batlló, dos grandes referentes de la arquitectura de Gaudí.
Cansados ya, volvimos al hotel para arreglarnos y salir a cenar por la zona del puerto. Allí encontrarás muchos bares y restaurantes, deseosos de que te sientes en su local. Abundan sobretodo marisquerías y restaurantes ofreciendo platos de pescado, aunque los precios no eran muy económicos. Finalmente nos decidimos por un buffet libre que estaba bien de precio y tenía variedad de comida. Después dimos un paseo por la zona y aprovechamos para hacer unas fotos a la bahía de Barcelona iluminada. Una gran opción para pasar una noche de verano.
Al día siguiente nos levantamos pronto por la mañana para visitar uno de los iconos de Barcelona: la Sagrada Familia. Nos habían dicho que se formaban grandes colas para entrar con lo que unos días antes de salir de viaje compramos las entradas por Internet, lo cual es aconsejable hacer si no quieres esperar horas en la cola.
Contratamos una visita guiada que nos iba explicando con todo detalle todo lo relativo a la construcción de la Sagrada Familia y también nos habló de la vida de Gaudí.
La catedral es igual de impresionante por fuera que por dentro, aún no estando terminada. Su construcción se prevé que finalice en el 2026, coincidiendo con el centenario de la muerte de Gaudí.
Con esta visita terminamos nuestra escapada a Barcelona. Comimos en un bar cerca de la Sagrada Familia y después partimos hacia Valencia. Merece la pena descubrir está gran ciudad cosmopolita.